Nació el día 21 en Noviembre el año 1930 en la ciudad de SAN FERNANDO, VI región, CHILE.padre de Teresa,Lila y Cecilia Calderón. Gonzalez.
Teresa y Lila son poetisa y su hija Cecilia es profesora de lenguaje.
BIOGRAFÍA
Poeta, ensayista, antologador, cultor de la crónica, profesor y crítico.
Pasa su niñez en ciudades de provincia y realiza sus estudios secundarios en los Liceos de Hombres de Los Ángeles y Temuco. Se traslada a Santiago en 1948 para proseguir su formación en el Instituto Pedagógico dependiente de la Universidad de Chile.
Después sirve una jornada completa en La Serena, asumiendo como profesor de Castellano en el Liceo de Hombres de esa ciudad (1952-1964). Luego regresa a la capital a laborar en la Universidad de Chile, como investigador del Instituto de Literatura Chilena; en 1966 comienza a ejercer como profesor de cultura literaria en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, donde también dictar otra serie de cursos ligados al ámbito de la literatura. En su trayectoria docente, también se desempeñar como profesor de redacción y llegar a ser subdirector y director en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica. En 1974 renuncia a la actividad universitaria frente a las circunstancias de intervención militar de las casas de estudios superiores del país.
Ha sido colaborador de las revistas Ercilla, Hoy y Apsi, así como de la Revista del Domingo de El Mercurio, durante muchos años.
Desde hace varias décadas lleva a cabo una labor de orientación y sistematización de nuestras letras. Sus estudios, al margen de las obras publicadas por él, se hallan en prólogos, seminarios, artículos de prensa y conferencias.
Ha participado activamente en diferentes eventos, entre ellos el Encuentro Latinoamericano de Escritores de 1969. Ordenó y editó las crónicas de Augusto D`Halmar, Joaquín Edwards Bello y Ricardo Latcham. Además ha seleccionado y editado la obra de autores como Poli Délano, Carlos Droguett, Fernando Alegría, etc. Es Miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua, a la cual fue incorporado en 1981, y miembro correspondiente de la Real Academia Española.
En 1993 es designado Director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Biblioteca Nacional. También fue director de la Revista Mapocho, de dicha institución.
Falleció el 08-08-2009 en Santiago de Chile
Mujer
dormida
Estás sola en la playa,
bien amada,
y tu cuerpo acariciado por los vientos
recuerda la espuma sollozante.
Estás sola, mas en tu soledad
virgíneos te rodean los sueños,
y esa arquitectura tentadora del mar
nimbando olas tal cuerpos poseídos.
Sueñas, mas los sueño, amor mío
son los arcos del amor,
y después en el recuerdo
sólo habrá un perfume a labio pensativo,
un sabor a planeta yaciente y tembloroso,
como la lluvia, suave,
como el silencio, dulce,
como el olvido, absoluto.
Para no Amar
bien amada,
y tu cuerpo acariciado por los vientos
recuerda la espuma sollozante.
Estás sola, mas en tu soledad
virgíneos te rodean los sueños,
y esa arquitectura tentadora del mar
nimbando olas tal cuerpos poseídos.
Sueñas, mas los sueño, amor mío
son los arcos del amor,
y después en el recuerdo
sólo habrá un perfume a labio pensativo,
un sabor a planeta yaciente y tembloroso,
como la lluvia, suave,
como el silencio, dulce,
como el olvido, absoluto.
Para no Amar
No quiero ya latidos que
condenen
justificando tu ausencia revelada,
ni menos pechos doloridos
que presuman la tristeza de tus manos.
No quiero adivinarte las pupilas
de sosiego, como luna para amar.
Música esculpida en nieve, eres
con rumor a flor incalculable.
No quiero amor brillar contigo
en la luz de un astro aparecido,
porque tras nosotros va siempre
el olvido tumbando primaveras.
Que si una suave presencia acariciada
entrega el brillo de una luna desvelada
al fin nuestros cuerpos
se apagarán en la sombra
en un silencio tangible y presentido.
justificando tu ausencia revelada,
ni menos pechos doloridos
que presuman la tristeza de tus manos.
No quiero adivinarte las pupilas
de sosiego, como luna para amar.
Música esculpida en nieve, eres
con rumor a flor incalculable.
No quiero amor brillar contigo
en la luz de un astro aparecido,
porque tras nosotros va siempre
el olvido tumbando primaveras.
Que si una suave presencia acariciada
entrega el brillo de una luna desvelada
al fin nuestros cuerpos
se apagarán en la sombra
en un silencio tangible y presentido.