martes, 19 de octubre de 2010

Nicanor Plaza





Los enigmas del olvidado maestro de la escultura chilena
Murió en el abandono absoluto en Florencia, pero se lo considera uno de los padres de la escultura chilena, autor de obras emblemáticas, como la estatua de Andrés Bello y el controvertido "Caupolicán". El interés en este escultor, marcado por un halo trágico, revive en estos días.  
Un humilde espacio en el cementerio Trespiano de Florencia -nicho 75, parte del cuadrado "H"- ha albergado desde 1918 los restos mortales de Nicanor Plaza. Una pulmonía fulminante lo mató en 48 horas, aunque también hay teorías que dicen que fue influenza, cuya epidemia mató en esa época a 20 millones de personas en Europa y Estados Unidos. Lo llevaron al hospital los administradores de la casa en que arrendaba una pieza y murió en total soledad. Fue un triste final para el promisorio muchacho apadrinado por Benjamín Vicuña Mackenna y Matías Cousiño, quien a los 19 años fue becado para estudiar en París, donde su talento le significó premios y encargos.
Se trata del primer gran escultor chileno. Por sus relevantes cualidades y reconocimientos artísticos, puede ser considerado una figura fundacional en nuestra escultura. Además de los méritos de su obra escultórica, destaca también por su labor docente", dice el escultor Francisco Gazitúa. "Es increíble que no haya ni siquiera una monografía dedicada a él".
"Cuando Plaza asume la cátedra de Escultura, la enseñanza de esta disciplina estaba en una etapa de gestación en el país. No había tradición pedagógica y los recursos eran escasos. El maestro chileno, que sucede al francés Auguste François, demostró talento artístico y liderazgo en la enseñanza. A él debemos la formación de la primera promoción de grandes escultores chilenos", agrega Pedro Zamorano, historiador del arte y académico de la Universidad de Talca, quien lidera un proyecto Fondecyt que Virginio Arias -autor de la estatua "El roto chileno"- fue su discípulo más destacado (Plaza incluso lo apoyó para que viajara a Europa). Arias es autor de un hermoso busto que retrata a su maestro y que constituye uno de los pocos testimonios del rostro de Plaza, cuya vida se difumina entre enigmas y episodios poco aclarados. Curiosamente, ambos compartieron una vida dedicada al arte y una muerte en la pobreza y el abandono. Plaza murió en Florencia, en total soledad, y Virginio Arias en Santiago, ciego y en la miseria.
Renca-París
La Asociación de Escultores de Chile, liderada por Francisco Gazitúa, ha encabezado una ofensiva para recuperar la figura y la obra de Nicanor Plaza. Pieza clave en esta iniciativa es la repatriación de sus restos desde Florencia, que se concretaría en noviembre y que ha contado con el respaldo de la Dirac y el trabajo de la Embajada de Chile en Italia, que buscó en 16 cementerios florentinos hasta dar con la tumba del escultor. Para el 2011, se planifica una muestra con las obras de Plaza y sus alumnos en el Museo Nacional de Bellas Artes y la publicación de un libro en torno a su obra.
Cómo llega este muchacho de Renca al deslumbrante París del siglo XIX? Cuesta dar con datos certeros de la vida de Plaza, pero varios fuentes refieren su nacimiento en una familia campesina de Renca, el "cordón chacarero" de Santiago. Por su habilidad manual y artística, Plaza -un niño de sólo 10 años- se emplea en la sombrerería que regentaba un ciudadano francés, monsieur Bayle. En la sombrerería lo habría conocido el artista Auguste François, quien impartía la primera cátedra de Escultura en Chile. A los 14 años, Plaza ingresa a la clase de François, quien decide apadrinarlo, admirado por su talento. Pocos años después, Plaza recibe una pensión del Gobierno chileno para estudiar en París, gracias a la ayuda de Matías Cousiño. En Francia ingresa a la llamada "Grande École" -L'École des Beaux-Arts- que ya tenía 200 años de trayectoria y donde el mismísimo Rodin reprobó una vez su examen de ingreso. "Ser admitido allí equivalía a contarse entre los mejores escultores jóvenes del mundo", relata Francisco Gazitúa.
En París colabora en el taller de François Jouffroy y de Carrier-Belleuse, quien realizó la estatua de O'Higgins que se sitúa en la Plaza de la Ciudadanía. Los buenos resultados lo llevan luego a abrir su propio taller, donde esculpe algunas de sus obras más conocidas como el "Caupolicán" y "El jugador de chueca". En 1871, deja una promisoria carrera en Francia para retornar a Chile y asume la cátedra de Escultura de la Academia de Bellas Artes.
Un arte popularLas creaciones de Plaza en bronce y mármol se enmarcan dentro de los últimos frutos de una escultura más "académica", pero que tenía una fuerte presencia en la vida cotidiana por estar emplazada en lugares públicos. "La obra de Plaza es diversa y evidencia un fino dominio de la técnica. En algunas de sus esculturas, como 'La quimera', se evidencian rasgos academicistas más evidentes. En otras obras, como 'Prólogo', 'Epílogo' y, sobre todo 'Caupolicán' se acentúa un mayor dinamismo, que define notas más fuertes de expresividad. Otras, como 'El jugador de chueca', se relacionan con un naturalismo más descriptivo".
Para Francisco Gazitúa, "en su género -tipología de escultura 'sedente'- la estatua de Andrés Bello es una de las obras más significativas realizadas en el país. "Caupolicán y Andrés Bello están entre las mejores esculturas realizadas por chilenos".
Una de las grandes deudas con Plaza es un inventario de su obra. "La escasez de información revela una subvaloración de ese período por parte de la mayoría de los teóricos del arte. La 'escultura académica' es considerada por muchos como un período decadente, casi una prisión, un mundo de reglamentos y proporciones que tenía como referente los modelos grecolatinos", dice Gazitúa.
El mismo Gazitúa retruca esas críticas. "El campo estatuario, con todos sus bigotes, sables y caballos fue una manera de hacer que los propios escultores abandonamos. Mi impresión es que, si bien ganamos libertad, lo perdimos casi todo. La función conmemorativa de la escultura, su lado 'ornamental', en mobiliario urbano, su relación con la muerte en cementerios, todo el arte religioso, los memoriales. Esos campos pertenecieron a los escultores desde siempre y hoy son tratados con recelo, o casi con vergüenza en las escuelas de arte. La escultura hasta el período estatuario fue un arte profundamente popular, cumplíamos una función social y vivíamos de eso".
Las pistas de su muerte
En Chile, Plaza se desempeña como maestro de escultura por casi veinte años, formando a los escultores de la generación que seguirá su camino artístico, entre ellos Virginio Arias, Arturo Blanco, Carlos Lagarrigue, Ernesto Concha, Guillermo Córdova y Simón González (hermano de Juan Francisco, el pintor). Luego decide dejar Chile y radicarse en Florencia, marcado por la amargura, al sentirse incomprendido y solitario en el cultivo de su arte.
A Florencia llega un escultor cansado (tenía 55 años y una dolorosa artritis), pero que se radica allí por cerca de 18 años, un período de su vida del que se desconoce casi todo. En especial si produjo obras, lo que parece lógico si se toma en cuenta que arrendaba un espacio para trabajar. ¿Qué se hicieron las esculturas que puede haber creado en ese último período? Misterio. Sólo hay huellas de un encargo del Gobierno de Chile.
"Los documentos oficiales de que disponemos indican que Nicanor Plaza fue comisionado para realizar una obra titulada 'Heroínas de la Independencia de Chile', que no habría superado el nivel de bocetos y yesos. Sabemos que hacia 1930 los yesos estaban aún en una bodega en Florencia, pero el rastro se pierde después", relata Julio Cordano, parte del equipo de la Embajada chilena en Italia que ha trabajado en la pesquisa de sus restos.
El inventario de los bienes de Plaza habla de su modesta vida en Florencia. Documenta la existencia de dos chales, ropa, pañuelos, herramientas de trabajo, un par de botellas de chianti y tres relojes. De hecho, hay versiones que dicen que la escultora Rebeca Matte, que vivía en la misma ciudad, lo auxilió en algunas ocasiones.
"Sabemos que en Florencia arrendaba una pieza en el centro de la ciudad y vivía a pocos metros del Duomo. También arrendaba un taller hacia las afueras de la ciudad, donde pasaba la mayor parte del tiempo", dice Cordano.
La muerte fulminante del artista se produce el 7 de diciembre de 1918. "A través de las autoridades de la Toscana logramos una copia del certificado de defunción del artista, que finalmente da luz sobre la fecha de su fallecimiento. Había distintas versiones, por lo que creemos que es un aporte esclarecedor", explican desde la Embajada de Chile en Roma.
Con posterioridad a su muerte, ante la ausencia de familiares que reclamaran sus derechos, el Estado de Chile se declaró heredero universal de sus bienes en Italia, en un proceso que estuvo marcado por irregularidades y dudas sobre la forma en que se desarrolló la operación.
Hoy la idea es recuperar el legado del solitario escultor. "La huella de don Nicanor nos deja como desafío la recuperación del papel del escultor en la vida de nuestra ciudad", reflexiona Francisco Gazitúa. "Creemos que la publicación que estamos preparando, que recopilará su obra por primer vez -casi 100 años después de su muerte- cumplirá la función de reponer la estatuaria en el corazón y origen de la escultura chilena".

 Caupolicán: Mohicano-mapuche
Nicanor Plaza tenía sólo 24 años cuando trabajó en la estatua conocida como "Caupolicán", tal vez su obra más famosa. La escultura ha sido alabada por su emplazamiento en el cerro Santa Lucía (sobre una roca, con la ciudad como fondo) y por la tensión que emana de la figura alerta y vigilante, estructurada en torno a ejes diagonales.
La temática, en cambio, ha sido objeto de eternas controversias. Su atuendo y facciones, por cierto, no corresponden a la tipología mapuche. La obra fue realizada por Plaza en París, para un concurso que buscaba una personificación del héroe de la novela " El último mohicano" de Fenimore Cooper . No habría tenido éxito y la estatua viaja a Chile, donde, según Liisa Flora Voionmaa -autora de "Escultura pública. Santiago 1792-2004"- obtiene la máxima distinción en la Exposición de arte e industria de 1872 . Para las celebraciones del Centenario se emplaza en el Santa Lucía. El crítico Richon-Brunet dijo en su momento que la estatua no sólo simbolizaba la epopeya araucana, sino toda la raza indígena de América, según cita la obra de Voionmaa.
Por sus obras lo conoceréis
Muchos chilenos desconocen quién fue Nicanor Plaza, pero es difícil que no hayan observado alguna vez sus obras. En el interior de la casa central de la Universidad de Chile está su famosa estatua de Andrés Bello realizada en mármol (la que está en la calle es copia del original, en su factura participó Samuel Román). En el frontis de la universidad, por Alameda, se emplazan relieves alegóricos en bronce, también realizados por el escultor.
En el cerro Santa Lucía se ubica la estatua original de Caupolicán y en el interior del Teatro Municipal están " Prólogo " y " Epílogo " . En el Museo de Bellas Artes están sus esculturas " Jugador de Chueca " y " Quimera " .
El escultor francés Carrier-Belleuse es el autor de la figura ecuestre de O'Higgins ubicada en la plaza de la Ciudadanía. Nicanor Plaza fue su ayudante en París y es el autor de dos de los relieves en bronce del pedestal de la estatua, "Combate de El Roble" y "La abdicación de O'Higgins" . En el bandejón central de la Alameda se emplaza un busto de José Miguel Infante . El monumento a los escritores de la Independencia está en el Parque Forestal. En las cuatro caras de la base de un obelisco, están los rostros esculpidos de Manuel de Salas, Camilo Henríquez, José Miguel Infante y Manuel José Gandarillas. En la plaza Tirso de Molina se ubica un obelisco con las caras de cuatro historiadores de la Independencia. Otras obras son su hermosa estatua dedicada a Juan Martínez de Rozas (emplazada en Concepción), un "Hércules" , una "Susana" y una " Bacante " , una figura de Arturo Prat y de Bilbao . Hay textos que relatan que sólo entre 1875 y 1897 Plaza ejecutó ¡93 obras! Desgraciadamente, se desconoce el destino de buena parte de su producción.
 El Mercurio 

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